En numerosas ocasiones reconozco y no me disgusta mencionar que mi cabeza está más allá que acá, que me distraigo con facilidad y eso es sinónimo de tener un mayor mundo interior y ser más "creativa".
Pero que llegue a mi conocimiento el hecho de que artistas como esta se reencuentre con su amor de hace 30 años, reconocerlo, y que sentimientos recorran todo su cuerpo tanto casi como la primera vez que lo experimentó, es un hecho admirable.
El arte puede traspasar las barreras del tiempo, de la mente, incluso del amor.
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